Casi un año juntos. Después de desvestirnos incontables veces, de una y otra forma, de haber encendido mi habitación incontables veces, de habernos rebuscado. De tanto vernos brillar en la oscuridad, de contrmplar tus muertes fraccionarias en milésimas. De ver tus viajes a la luna, de provocarnos cortas epilepsias... Puedo decir con mi media sonrisa: nos hemos vuelto caníbales; tu carne me sigue siendo necesaria. Ya es un suero, una terapia, una dependencia; droga sine qua non.
Sucede que quiero más.
Te deseo a lo Dick Tracy. Exagerando colores, formas y expresiones. Asesinar tus límites, violar tus reglas, romper tus tabúes y aniquilar tus complejos, no me parece mala idea. Quiero desvestir tus conceptos, quiero amordazar tus frenos, quiero hacerte mia una y otra vez... Quiero prenderte al medio día como luciérnaga en frenesí.
Quiero que llegues con ojos abiertos, quiero que decidas, que experimentes, que te sientas nueva y para nada trillada, mujer! Quiero que ejerzas tu poder de elección en plena acción.
Quiero que tus experimentos me incluyan.
Al terminar, quiero que quede nada de ti.
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